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Esta madrugada el pueblo Intibucano,y toda Honduras amaneció con la triste noticia del Asesinato de BERTITA CÁCERES. La tierra esta triste, los pajaritos callaron su canto como tomando aliento ante tal asombro, el agua de los ríos corre queriendo alcanzar el alma que se nos fue de las manos, los arboles quisieran extender las ramas hasta los cielos para detener su partida.
Bertita Cáceres era una MUJER, una MUJER INDÍGENA LENCA, que encarnó luchas de proporciones épicas contra intereses económicos y políticos nacionales e internacionales. La defensa por los derechos humanos, por la tierra y territorio del Pueblo Lenca, el derecho a defender nuestros derechos son elementos que condenan a muchas de nuestras hermanas y hermanos despojándoles del derecho máximo: el derecho a la vida.
La indignación, impotencia y coraje son los sentimientos que nos invaden al observar la injusticia y la vulnerabilidad a la que se enfrenta cada una de las personas que desean una vida digna, que anteponen su seguridad personal por el bien de las y los demás, que creen en un mundo más justo. Este femicidio es un duro golpe para todas las mujeres, para los pueblos indígenas, Organizaciones de Mujeres, de Honduras y del mundo y para la Sierra Lenca.
Demandamos justicia, que por una vez se realicen las investigaciones pertinentes, que por una vez se identifiquen, busquen y condenen los autores materiales e intelectuales de este cobarde asesinato; que por una vez el hambre y sed de justicia del pueblo hondureño sea saciado, que por una vez las mujeres y los pueblos indígenas sean reivindicados, que por una vez el bien triunfe sobre el mal.
Esta lucha es histórica y lejos de detenernos nos impulsa a reclamar, a demandar y exigir la igualdad y equidad para las mujeres, el derecho a una vida libre de violencia, a luchar contra la criminalización de las defensoras de derechos humanos, contra el extermino de los pueblos indígenas y por la defensa de la vida.
Intibucá, Intibucá, 03 de Marzo del 2016